lunes, 3 de marzo de 2014

Oración a San Francisco en forma de desahogo (por Pedro Casaldáliga)


Compadre Francisco,
¿cómo vas de Gloria?
¿Y comadre Clara
y la Hermandad toda?

Por acá, en la tierra,
vamos malviviendo;
grande la codicia
y el amor pequeño.

El amor divino
es muy poco amado,
y es flor de una noche
el amor humano.

La mitad del mundo
de hambre se muere;
y la otra mitad,
del miedo a la muerte.

Hay pocos alumnos
que tomen en serio
la sabia locura
del santo Evangelio.

Señora Pobreza,
Perfecta Alegría,
andan en los libros
más que en nuestras vidas.

Hay muchos caminos
que llevan a Roma.
Belén y el Calvario
salieron de trocha.

Nuestra madre Iglesia
mejoró de modos,
pero hay mucha curia
y carisma poco.

Frailes y conventos
criaron vergüenza,
más en sus modales
que por vida nueva.

Tecnócratas muchos
y pocos poetas.
Muchos doctrinarios
y menos profetas.

Firmas y escritorios,
armas y convenios
planean la Historia,
manejan los Pueblos.

La madre Natura
llora, poluída,
su aire y sus aguas,
su cielo y sus minas.

Pájaros y flores
se mueren de susto.
Los lobos del pánico
ganaron el mundo.

Dobló sus pendones
la antigua arrogancia.
Sólo lucro y odio
riñen sus cruzadas.

Pactos y tratados,
guerras y más guerras.
Sangre por petróleo
los imperios truecan.

Compadre Francisco,
el mundo es tan viejo,
que habrá que hacer otro
para verlo nuevo.

Cuando Jesucristo
y Nuestra Señora
vengan a ayudarnos
a mudar la Historia,
contamos contigo
en aquella hora,
y comadre Clara
y la Hermandad toda.

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