En el día Internacional de la mujer trabajadora recordamos a todas esas personas que, a diario, con su esfuerzo, sus sufrimientos y sus alegrías, transforman el mundo para hacerlo un lugar mejor.
Nuestra fe profesa que Dios ha creado al hombre y a la mujer con la misma dignidad personal y con los mismos derechos, ambos a imagen suya. Sigamos trabajando para que ante los ojos del hombre ella sea también reconocida socialmente en su plena dignidad.
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