lunes, 25 de noviembre de 2013

25-N: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

La ONU denuncia que una de cada tres mujeres del mundo ha sido objeto de violencias físicas, forzada a mantener relaciones sexuales o víctima de otros malos tratos en su vida. La violencia contra las mujeres no se confina a una cultura,  región o país específico, ni a grupos particulares de mujeres en la sociedad. Las raíces de la violencia contra la mujer  se asientan en la discriminación persistente contra este género. 



La mujer sufre muchos tipos de violencia, hasta tal punto que, muchas veces, no se da ni  cuenta de cuántos son los maltratos que la golpean. Por esta razón es muy necesario tener en cuenta todas las formas de maltrato que existen contra ella, desde la infancia hasta la vejez. Los maltratos van desde la falta de cariño hasta la violación y la agresión física. La pobreza es otra forma de violencia permanente porque, por desgracia, hasta en esas circunstancias la vida es más difícil siendo mujer.

Jesús valoró y defendió la dignidad de la mujer. Él quiso “nacer de una mujer” (Gálatas 4,4) y vivir en una familia pobre; Inauguró su ministerio a petición de su madre en Caná (Juan 12,1-12); estuvo acompañado por mujeres que lo ayudaban (Lucas 8,1-8); atendió y sanó a varias mujeres: resucitó al hijo de una viuda (Lucas 7,13), defendió a la mujer adúltera (Juan 8,3-11), consoló a las que lo seguían en el camino a la cruz (Lucas 23,28). Comparó la ternura de Dios a la de las mujeres (Lucas 13,34 y 15,8) y, en la primicia de la Resurrección fue también para ellas.  Resucitado se apareció primero a una mujer, María Magdalena, y le confió la misión de comunicar esta buena nueva a sus apóstoles (Juan 20,16).

Pongámonos hoy en la piel de esas mujeres luchadoras que levantan con su esfuerzo, su sudor y sus lágrimas este mundo complejo. El papa Juan Pablo I nos dijo: "Dios es Padre, pero sobre todo, es Madre". Dios-madre es incapaz de olvidarse a un hijo de sus entrañas (Is 49, 14-15). Que ese Dios-Madre bendiga a cada una de estas mujeres que hacen posible su Reino y a todos sus hermanos que las sostienen y acompañan. Y que nosotros sepamos denunciar cada situación de injusticia y trabajemos por la igualdad y la dignidad de las personas más débiles.

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